ID: 22
O'odham
icon Libro del Códice

De las notas de campo de Derek Chinara
Cuesta expresar con palabras la exuberancia, diversidad y densidad (para los estándares de Arrakis) de la vida vegetal del O'odham, que no tiene parangón en todo el planeta. Es preciso llevar a cabo una catalogación más detallada de las especies.

Por lo que tengo entendido, la zona era importante para los fremen ya en la más remota antigüedad, antes incluso de que empezase a escribirse la historia de los sietch Zensunni. Todavía quedan ruinas arcaicas. ¿La vegetación siempre fue tan prodigiosa? ¿Sería lo que los llevó allí? ¿O la fomentarían ellos?

Por desgracia, al no haber fremen, parece que ha echado raíces en la zona una extraña secta de la que he recibido noticias llamativas, contradictorias y sospechosas. Los rumores rodean a las sectas como las moscas a la miel, pero hay un detalle que se repite: al parecer, adoran a los gusanos de arena de alguna forma.
Informe de un agente encubierto a Piter de Vries
Señor, sáqueme de aquí. Los cánticos, los ritos... Están todos locos y empiezo a creerme sus locuras. Un gusano ha muerto, es todo cuanto sé.

Mysa Tarill se encuentra sobre una fuente de energía geotérmica de lo más conveniente y se estimó que su exterior rocoso la protegería contra los ataques de los gusanos, por lo que, bajo dominio de los Harkonnen, se construyó una central de energía para cargar células de gran tamaño. No obstante, la estimación resultó ser falsa: un gusano de arena gigantesco destrozó las barreras de roca y echó por tierra la operación. El gusano murió en el incidente al verse expuesto a la elevada tensión eléctrica del conjunto de células de energía (consulte el artículo de Liet-Kynes sobre la muerte del gusano).

Creo que una energía de bajo nivel generada por el equipamiento semifuncional de la central está conservando de alguna manera el cadáver del gusano, que se ha convertido en una reliquia sagrada de la secta de los Maas Kharet. Están convencidos de que el gusano atacó por designio divino y consideran un milagro que siga intacto. Su fervor no deja de crecer.

¡Se lo ruego, señor, asígneme otra misión!


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