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Muralla Escudo
Muralla Escudo
![]() | Libro del Códice |
De las notas de Thufir Hawat Una explosión atómica ha abierto una brecha en la Muralla Escudo, lo que supone un hecho significativo. Esta meseta de piedra maciza protege el norte de Arrakis de las tormentas de coriolis y los gusanos de arena. La Muralla Escudo posibilita la civilización. Para facilitar la cosecha de especia, es habitual construir las estaciones de especia sobre la Muralla Escudo, allá donde limita con el desierto profundo. Ahora, los gusanos de arena tienen acceso a lugares que antes les estaban vedados y esto conlleva cambios. Muchos asentamientos pequeños se han visto perjudicados o, en algunos casos, eliminados por completo. La pregunta de si esto es obra del tal Zantara sigue sin respuesta. Sospecho que hay otros actores implicados. Arriesgarse a suscitar la ira del Imperio poniendo en peligro el comercio de especia es una jugada atrevida. Debo establecer una lista de sospechosos. Extracto de una carta de la Sororidad a la dama Jessica La naturaleza esculpe la piedra y los mitos. Y los materiales que usa para ellos son los minerales y los sueños. Piensa, por ejemplo, en el Centinela de Piedra, la imponente formación rocosa que parece una bestia enorme posada en lo alto de la Muralla Escudo, observando por toda la eternidad el desierto profundo. Los primeros colonos Zensunni se orientaban gracias a ella antes de la creación de la parabrújula. Los jóvenes fremen, que llevaban a cabo las pruebas de aql, se desafiaban a llevar a cabo esa escalada traicionera y mirar al centinela cara a cara. Pero hasta los accidentes geográficos terminan por cambiar. El viento y la arena no dejan nunca de esculpir la piedra. El centinela tiene la forma actual desde hace relativamente poco tiempo. Los fremen se referían poéticamente a ese pasado distante con la fórmula «Hace mucho tiempo, antes de que el Centinela de Piedra se quitase la capa jubba». También se referían al futuro distante con la fórmula «Cuando el centinela complete su guardia», para referirse al momento en el que se erosione por completo. Tu misión es incorporar esos cambios a las semillas religiosas plantadas por nuestra Missionaria Protectiva en una época en la que el Centinela tenía un aspecto muy diferente. Tenemos que saber cómo adaptarnos en todo momento. Tenemos que anticiparnos a los cambios tanto en las microeternidades como en los milisegundos y en el ritmo pausado del tiempo geológico. |
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