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Arrakis
icon Libro del Códice

Un mecenas del Yunque después de algunas cervezas de especia
No, no... Eso es lo que estoy diciendo. Lo más importante de algo no tiene que estar..., mmm..., inherentemente relacionado con esa cosa en sí misma. Hay un potencial inactivo y un catalizador externo..., como el fuego al entrar en contacto con un acelerante. Mira Arrakis, por ejemplo.

Imagina que eres un explorador antiguo y encuentras esta mota de nada flotando en una nada infinita. Tiene atmósfera respirable, una gravedad prácticamente ideal y la forma de vida dominante en el árido desierto son esos terribles gusanos. En la época del Viejo Imperio, el único valor que tenía Arrakis eran los laboratorios de las estaciones experimentales, que vete a saber qué investigaban. Descubrieron la especia melange, que hacía que la gente viviese más. Y empezó a avivarse el interés.

Pero, luego..., ¡la Yihad Butleriana! Muerte a las máquinas pensantes. ¡El acelerante! Descubrimos el verdadero secreto de la especia, que proporciona la presciencia necesaria para controlar la tecnología del espaciopliegue. ¡Ja! Y, luego, esta mota de nada que flotaba en esa nada infinita se convirtió de repente en la única fuente donde conseguir la materia prima más valiosa de toda la historia de la humanidad.
De las notas personales de Piter de Vries
Una vez se tasó el verdadero valor de la especia, fueron muchas las partes interesadas en encontrar la manera de hacerse con ella sin depender completamente de un pequeño planeta. A lo largo de los siglos, han tenido lugar varios intentos de recrear el entorno de Arrakis en otros planetas.

No obstante, sacar gusanos de arena vivos fuera de allí nunca ha terminado bien. La mayoría de las bestias morían de inmediato. He leído sobre un viaje muy famoso que consiguió mantener al gusano con vida durante un tiempo, pero el desenfreno posterior de la criatura costó muchas vidas en el espacio profundo. No me imagino siquiera cómo habrá sido... No son muchas las imágenes mentales que consiguen hacer que me estremezca, así que me aseguraré de guardar esa como oro en paño.

Lo importante es que el universo no ha hecho sino reafirmar el valor improbable de un lugar como Arrakis. Es por ello que resulta fácil imaginarse la manera en la que todas esas partes interesadas (y despiadadas) reaccionarían ante cualquiera que pretendiese hacer algo tan ridículo como intentar convertir Dune en un paraíso.


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