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FLORA Y FAUNA
FLORA Y FAUNA
![]() | Libro del Códice |
El muad'dib: Del diario de Ariste Atreides El muad'dib, el ratón canguro, es un animal al que admiran los fremen y cuya figura ven en la segunda luna del planeta y en una constelación. Se trata de un astuto espíritu de la tierra que va dando brincos por toda su mitología. Esta diminuta criatura puede enseñarnos importantes lecciones sobre la supervivencia en el desierto. La palabra en chakobsa significa «ratón», pero también «maestro». Para mí, el muad'dib tiene una connotación más personal, menos científica y explicable. Si miras mucho tiempo a un espejo, empiezas a disociar. La cara que ves se convierte en la de una desconocida. Sales flotando de tu cuerpo y de tu yo. Al mirar a un muad'dib, siento esa misma disociación. Es algo preternatural, como si en otra época, en otra realidad, fuese el símbolo de... No. Se me ha ido. Lo tengo en la punta de la mente pero, cuanto más intento fijarme en ello, más se me escapa como la arena entre los dedos. Plantas: Una parrafada de un habitante de Dune borracho Mortimer me llamó chupaflores, así que le arreé tan fuerte que los huesos de encima del ojo se le cayeron sobre la cuenca como una avalancha sobre la boca de una cueva. No ha vuelto a guiñar el ojo como antes. Todo porque unos idiotas del carajo se creen que preferir no beber zumo de cadáver es de blandos. A veces, no hay cadáveres que beber, así que mira. Está la onagra, que por aquí es roja. Tiene unos pétalos sorprendentemente delicados y da buena humedad. Está la hierba de la arena, que crece con casi nada y no sabe a nada. Hay que esforzarse para sacarle unas gotas. También está el ajo salvaje, que mira, sabe a ajo. Está la mata de incienso, que los fremen usaban para hacer incienso. Sabían cultivar plantas resistentes con raíces profundas como esta, la verbena de la arena, el saguaro o la ambrosia. También dicen que algunas de esas especies vegetales se las sacó de la manga algún planetólogo con ganas de meterse en la obra del creador. El halcón del desierto: Una nota encontrada en un esqueleto completamente descarnado Me he separado del convoy. Tengo la pierna destrozada e inutilizada. Ya cae la tarde, gracias a Dios. He dejado de sangrar. Intentaré sellar el destiltraje. Actualizaré luego. Amanece. Los halcones del desierto me sobrevuelan en círculos. En casa, los halcones eran un símbolo de los Atreides. Al llegar, el duque profesó tener un vínculo con ellos. Liet-Kynes escribió un informe fascinante sobre los halcones del desierto y cómo consiguen comida y conservan el agua. Ojalá pudiesen enseñarme. Actualizaré luego. Es media tarde. Me falla el destiltraje. Tengo sed. Los halcones se posan cerca de mí. Son depredadores, pero no le hacen ascos a la carroña. El entierro celestial era una antigua tradición en la Vieja Tierra. Los fremen creían que los halcones eran psicopompos. Actualizaré luego. ¡Qué sed! Tengo que bracear si los halcones se acercan demasiado para que sepan que sigo con vida. Es un desperdicio de nutrientes. No soy comida. Anochece. Tengo sed. Hay halcones por todas partes. Unas cabezas se mueven emocionadas. Son rostros humanos. Gente que conozco. Manos humanas en vez de garfas. Me agarran. Llevadme a casa. El murciélago del desierto: De las notas personales de Piter de Vries El murciélago del desierto, un animal del orden de los quirópteros, desciende de una especie nativa de la Vieja Tierra que se adaptó de forma notable para prosperar en el cruel entorno de Arrakis. Mi interés se centra únicamente en el ciélago, un quiróptero modificado para llevar mensajes distrans, una tecnología que permite implantar información en un animal. Estos mensajes guardados de manera subliminal se recuperan diciendo la palabra o frase pertinente. Los fremen, así como ciertos asesinos de Arrakis, usan los animales distrans para enviar información encubierta. En los sietch fremen había nidos atestados de murciélagos. Son alimañas que se apiñan y ocultan entre su propia inmundicia en cuevas profundas, no cuesta percibir la semejanza entre fremen y murciélagos. Tras el exterminio de los fremen, cabe preguntarse cuántos secretos jugosos estarán revoloteando por el cielo nocturno. Cactus invasores: De las notas de campo de Derek Chinara Ni en el arte ni en los registros más antiguos, sean de los fremen o de otros, se reflejan las grandes especies de cactus que se dan en Arrakis. Por lo que puedo deducir, surgieron de un viejo laboratorio botánico abandonado del antiguo Imperio. Estas plantas fueron creadas por una civilización moribunda, echaron raíces en Arrakis, se adaptaron y cambiaron sutilmente el entorno. La vida es dura y tenaz y se abre camino sin invitación ni hospitalidad. El propio Pardot Kynes modificó e introdujo especies vegetales en Arrakis. Aunque es complicado, procuro determinar cuáles son cosa suya y cuáles vienen de los laboratorios perdidos, unas estructuras antiguas que no están todas registradas. ¿Qué más crecería allí abajo? ¿Qué más saldría de allí? |
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