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DUNAS
DUNAS
![]() | Libro del Códice |
Confesiones de un bandido del desierto Hay cantos, guijarros, grava, arena y arena fina. Esta última es muy suave, tan suave como los sueños de los niños, y es fácil plantar una destiltienda en ella. Ramsey siempre alardeaba, vaya si alardeaba, de que dormía mejor a la fuga, huyendo de las autoridades, porque era capaz de encontrar la zona de arena fina más blanda en kilómetros. «Así dormían los fremen», decía Ramsey, que despertaba fresco como una rosa tras una noche en semejante colchón. Pero no es para mí, gracias pero no. Considero más sensato dormir con un buen par de piedras clavadas en la espalda. Vale que tengo la columna hecha un eccehomo, pero sigo aquí. Nadie me va a pillar en bragas, tengo el sueño ligero como una pluma. A Ramsey le rajaron el gañote mientras dormía, pero seguro que estaba soñando con los angelitos. Informe de una comerciante Mucho me temo que el cargamento se ha perdido por completo. Casi no salgo viva de allí. Unos bandidos nos perseguían, así que llevamos el convoy por una ruta más directa hacia Arrakeen. En la huida, pasamos sobre un tambor de arena. Es un fenómeno curioso que se produce por una confluencia concreta de factores (granularidad uniforme, compactación, etc.). Tiene un efecto casi sobrenatural, como una música insólita. Una sola pisada provoca un tamborileo con un ritmo primigenio. El convoy creó una cacofonía que nos sacudió las entrañas. Los gusanos no tardaron en llegar. Me refugié junto a unos cuantos en una formación rocosa. Al resto, la mercancía y los bandidos se los llevaron los gusanos. Cháchara de un habitante de Dune borracho Todos hablan siempre de los gusanos y mantienen los ojos y los oídos atentos por si aparecen, pero no son el único peligro del desierto, no son lo único que quiere comerte. ¡Hasta el suelo quiere comerte! Si solo te fijas en los gusanos, las arenas movedizas y los abismos de polvo acabarán contigo. Si no aprendes a reconocer los indicios, dará igual que camines sin ritmo. En Arrakis, la arena y el polvo no se comportan como en otros planetas. Aquí, la arena y el polvo no tienen ninguna educación. ¡Je, je! Invítame a otra ronda e igual te explico el truco. Del diario de Ariste Atreides Una de las cosas más confusas que tiene desplazarse por Arrakis son las arenas cambiantes. Una tormenta puede alterar la topografía cubriendo o destruyendo elementos del paisaje. Incluso tras una noche aparentemente tranquila, puedes despertarte y encontrarte con que todo ha cambiado y tus referencias se han desvanecido junto a tus sueños. Eso sí, los fremen no parecen tener problemas para orientarse por el desierto, a pesar de su naturaleza mutable y caprichosa. Como dice su refrán: «Aunque tu madre tuerza el gesto, no dejas de reconocer a tu madre». Los fremen están íntimamente familiarizados con el rostro de las dunas a pesar de sus expresión cambiante. |
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