—¿Los fremen? Tanta paz tengan como descanso dejan.
—¿Llegaste a ver a alguno? Ya sabes..., antes de lo de los Sardaukar.
—Pues sí, y todos tenían esos ojos inquietantes que te miran hasta el alma. Los fremis de ciudad no eran tan creídos, pero todos tenían aquella mirada, como si no fueses digno ni de besarles las botas.
—¿Como los nobles?
—Qué va, los nobles están en la cúspide de la pirámide porque así son las cosas, pero los fremis estaban en la base de la pirámide y actuaban como si partiesen la pana.
—Dicen que eran buenos guerreros y les plantaron cara a los Sardaukar.
—Eran duros, eso hay que reconocérselo. Una vez vi a los guardias de Harko pillar a una y la pelea acabó en un visto y no visto con tres Harkos muertos y una fremi desaparecida. Eran como espíritus del desierto.
—Pero, ahora, están muertos.
—De ellos tan solo quedan unos cuantos sietch abandonados.
—Lástima que el emperador tuviese que mandar matarlos a todos.
—A ver, tampoco serían tantos, que vivían en el desierto, sin agua, con los gusanos, las tormentas y la arena... Para mí, los Sardaukar les hicieron un favor...

El exilio de los Zensunni es un hecho que ha quedado enterrado en la historia. El cisma entre las belicosas enseñanzas de Maometh Saari y las tendencias filosóficas católicas de Ali ben Ohashi* llevó a un gran éxodo desde la Vieja Tierra.
Los Zensunni sufrieron persecución allá donde fueron. El viaje espacial estaba limitado a la navegación sublumínica y el vacío infinito volvía más extraños a quienes lo experimentaban.
En cada planeta, los Zensunni hallaron desprecio en diversas formas: mera indiferencia, bloqueos militares, ataques violentos e incluso esclavitud.
Igual que un árbol deja caer las hojas cuando llega el invierno, los Zensunni dejaron caer a débiles e inválidos hasta que tan solo quedó un núcleo de recia madera.
La filosofía Zensunni se extendió por todo el Imperio, pues su periplo marcó a muchos de los mundos que habitaron, pero tan solo cabe especular sobre qué fue de aquel recio núcleo de Zensunni.
*Algunas fuentes afirman que fue su segunda esposa Nisai quien concibió dicha filosofía en realidad y que Ali ben Ohashi tan solo le dio voz.

Los hechos de la matanza perpetrada por los Sardaukar en 10195 están bien documentados en otras fuentes, así que prescindiré de repetirlos y ofreceré mis especulaciones sobre la verdad tras el denominado genocidio fremen.
- Los Sardaukar son notoriamente arrogantes y no admiten nada que no sea una victoria total.
- Durante el gobierno de los Harkonnen se llevaron mal los registros censales de Arrakis y la cantidad de población fremen está infravalorada.
- La Cofradía Espacial prohíbe los vuelos a baja altura y los satélites sobre Arrakis so pena de pérdida de privilegios de transporte.
- Los fremen disponían de una compleja tecnología adaptada para la supervivencia en el desierto.
Habida cuenta de todo esto, mi hipótesis es que, en el curso de la matanza, los fremen se retiraron al hemisferio sur de Arrakis y sobornaron a la Cofradía Espacial con melange para proteger su territorio.
Como dice el refrán: «No des por hecho que un humano ha muerto hasta que hayas visto su cadáver. Y aún cabe la posibilidad de que te equivoques».