¡Ja! Tienes toda la razón del mundo, perdí el brazo por un problema con el juego. Has acertado, pero te apuesto a doble o nada que no eres capaz de adivinar cómo lo perdí exactamente. Venga, que no eres una delicada florecilla, que no te faltan agallas. ¡Acéptame la apuesta!

¡Ja, ja! ¡Te equivocas! Te contaré la verdad. Cuando le debes dinero a una banda de esclavistas y no lo tienes, se cobran lo suyo con tu libertad o con diversiones crueles. Aquellos perros eligieron lo último.

Jamás subestimes una tormenta de arena. Lo he vivido en mis propias carnes. Fuera descargaba una de las malas, con vientos de más de 400 km/h. Me cortaron la manga y me sacaron el brazo desnudo por una rendija de la puerta. Hicieron falta cuatro para agarrarme. La arena y el viento se combinan para crear un millón de escalpelos. Cuando todo pasó, de mi brazo tan solo quedaba un esqueleto sanguinolento. Ver tus propios huesos al aire te cambia para siempre...

Mira, el caso es que necesito el dinero antes de esta noche.

Arrakeen: Agamemnon, responda. Agamemnon, ¿me recibe?

Agamemnon: Int... remos...

Arrakeen: Agamemnon, ¿me escucha? Aquí Arrakeen. Le recomendamos que dé media vuelta. La tormenta de coriolis ha cambiado de dirección de improviso y lleva vientos de casi 700 kilómetros por hora. Agamemnon, ¿me recibe?

Agamemnon: Negativo, Arrakeen. No hay vuelta atrás. Solo nos queda seguir adelante. Intentaremos bordear la tormenta y aterrizar. Es...

Arrakeen: ¿Agamemnon? Se ha cortado la comunicación. ¿Agamemnon?

Agamemnon: Santo cielo...

Arrakeen: ¿Agamemnon?

Agamemnon: No vamos a conseguirlo...

Arrakeen: ¿Agamemnon?

Agamemnon: Es... la mano de Dios.

Arrakeen: ¿Agamemnon?

Agamemnon: ¡La mano de Dios!

Arrakeen: Agamemnon, responda. ¿Agamemnon?