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PLANETOLOGÍA
icon Libro del Códice

Una lección de Pardot Kynes a los fremen
Nuestro primer objetivo en Arrakis es crear zonas de hierba. Comenzaremos con una variedad mutante para terrenos áridos. Cuando hayamos acumulado la humedad suficiente en las zonas herbosas, plantaremos árboles en las tierras altas, luego algunas masas de agua, pequeñas al principio, y situadas a lo largo del recorrido de los vientos dominantes, donde colocaremos trampas de viento precipitadoras de humedad a fin de recapturar lo que este nos haya robado. Tendremos que crear un auténtico siroco, un viento húmedo, pero nunca nos libraremos de la necesidad de las trampas de viento.
Para esta transformación ecológica de Arrakis basta con controlar tan solo el tres por ciento de la energía existente en la superficie. Solo el tres por ciento para transformar toda la estructura en un sistema autosuficiente.
Tened muy presente esta lección. La transformación comenzará en las plantaciones del sur y proseguirá mediante sencillos pasos.
Este es un proyecto para varias generaciones. No viviréis para ver un Arrakis verde, ni tampoco vuestros hijos, pero llegará el día en que Arrakis florecerá.
De las notas de campo de Derek Chinara
01/07/10 199
¡El experimento ha salido bien!
Heces secas + arena + agua = mantillo rico en nutrientes.
Parece que la mezcla es buena para las prímulas, pero el ciclo no se replica de forma autónoma porque, aunque las prímulas recogen el agua sobrante por medio del ciclo del rocío, no soy capaz de producir una cantidad suficiente de heces.

03/07/10 199
Hoy pasaron por aquí unos saqueadores bien armados y me hicieron unas cuantas amenazas veladas, sobre todo respecto a robarme el vehículo terrestre. Les ofrecí algo de agua, que aceptaron con avidez, y les expliqué cómo podríamos actuar en beneficio mutuo.
Así que ahora tenemos un ciclo que se replica de forma autónoma: heces secas de bandidos a cambio de agua. Más mantillo, más flores, más agua. A esto se refería Kynes cuando hablaba de los elementos humanos de todo sistema ecológico.
Conferencia del planetólogo imperial Ons Habidu en la Academia Imperial
En aquel pasado quimérico, la ilusa humanidad estaba convencida de que la tecnología podía resolver todos sus problemas. Investigaban sin cesar y soñaban con máquinas que podían transformar planetas y volverlos habitables.
Ya sabemos cómo acabó aquello.
Así que volvimos la vista al interior, a las ciencias de la ecología, la biología y la manipulación genética de animales y plantas. Y comprobamos que ya disponíamos de todas las herramientas necesarias para someter los mundos a nuestra voluntad.
Ser planetólogo es ser el primero en hollar un planeta que jamás ha pisado otro humano, en ver cómo pueden alterarse los patrones climáticos, cómo puede ajustarse la química atmosférica, en pos de la habitabilidad.
He estado en mundos extraños, en planetoides helados, en lunas volcánicas y en meteoritos solitarios. Los he catalogado y explorado y, como un gran director de orquesta, he hecho arreglos en el entorno para lograr una sinfonía armoniosa.
Y vosotros también lo haréis, estudiantes. También lo haréis.


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